esnobismo

lunes, 30 de agosto de 2010

Primero "culito" que ser mexicano...

Tengo una ligera sospecha y desconfianza sobre los festejos del próximo septiembre, por favor no olvidemos el Bombazo de Morelia en el 2008. No nos traguemos el discurso de "ser mexicanos", como dice mi sabia abuelita: "primero comer que ser cristiano" y si ella es capaz de olvidar su credo por el hambre, ante eso, primero "culito" que ser mexicano. Yo no soy su mexicano, su historia construida con héroes y luchas no es mi historia. Mi historia es la de quienes queremos la paz, la libertad, y la justicia. Si le ponemos nombres, mi historia no quiere un Televisa ni un TV Azteca, sino plataformas de difusión de verdadera cultura; no quiere el progreso sino el aprendizaje; no quiere partidos políticos, sino organizaciones civiles fuertes y estrechas; no quiere 72 muertes en un estado fronterizo, sino 72 becas universitarias. Mi historia ante todo, quiere remar contra corriente con la mirada fija en tierra firme y si es necesario llamarle México lo haremos, si no, creo que es lo que menos importa…

viernes, 20 de agosto de 2010

A propósito de filosofía

Poner en marcha la filosofía...

La ignorancia es algo que me causa un conflicto como individuo, pero también como ciudadano de un país. Como individuo debo confesar que me frustra muchas veces desconocer ciertas realidades y como ciudadano he escuchado en la palabra ignorancia acepciones de desprecio y hasta discriminatorias que me llevan a cuestionarme ¿existe alguna persona que lo sepa todo?
Precisamente he encontrado en este par de textos Filosofía, en la aventura del comienzo de Jesús Rodolfo Santander; y Mi camino a la filosofía de Karl Jaspers que la filosofía arremete contra la ignorancia de la verdad o el saber según sea visto.

Por supuesto que para adquirir el espíritu combativo contra la ignorancia, también se debe alcanzar un cariño o gusto por el saber. La filosofía por lo que menciona Santander y Jaspers tiene que ver con el amor a la verdad. Se trata de un enamoramiento y un compromiso infinito con la búsqueda de la verdad, aceptando todas las implicaciones y todas las pequeñas verdades para construir tu propia verdad o filosofía como ser humano.

Más allá de adentrarme en corrientes filosóficas y citar frases, prefiero mencionar algunas de las similitudes que encuentro en el trabajo filosófico según los citados autores y el periodístico, que por mi formación en ciencias de la comunicación también es de mi interés.

Aunque podría equivocarme, considero que la filosofía y el periodismo se asemejan en estos ámbitos:

-Leer, escribir y formular posturas a partir de los argumentos de otras personas.
-La búsqueda incansable de la verdad más cercana pero no absoluta.
-Apertura hacia todas las voces, de modo que un discurso o argumento reúna o tomé en cuenta la diversidad de opiniones sin llegar a afirmar una verdad absoluta.
-Es ideal que quienes las ejercen estén “enamorados” y completamente convencidos de respetar su esencia.
-Disposición a la aventura y al probable sacrificio mental y físico.
-Ambición por el saber.
-Discriminar y discernir los textos o la información según el caso.

Sin embargo también existen características particulares de cada profesión. Es decir, la filosofía puede tener escenarios incluso en otras áreas del conocimiento y puede servir de cimientos para cualquier profesión que se ejerza. La idea de encontrarse a uno mismo en su propia entrega personal por la verdad, ya lleva consigo un compromiso espiritual que todos deberíamos adoptar y que en realidad el deseo de la verdad es el mejor concepto rector para un profesionista.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Escribir poesía
No hay razón alguna para decidir si quieres o no escribir poemas. Cualquier persona que en su vida ha escuchado algún poema de Shakespeare o alguna canción de José Alfredo Jiménez tienen la capacidad para escribir versos un tanto poéticos. Sin embargo, cada verso y cada línea que alguien escribe, refleja aquel poeta aficionado o apasionado de la poesía, es ahí donde se advierte la diferencia. Pues habrá quienes lo hacen por afición y no sienten ningún compromiso por escribir poesía que trascienda para la humanidad, sino que sólo lo hacen para la persona que aman. Dentro de ellos podrá haber quien escribe con ritmo y versa bien sus líneas, sin embargo, si su afición no le permite buscar en bibliotecas el libro de sonetos de Shakespeare, su poesía carecerá de la pasión de quien si lo hace, y del lenguaje poético que solamente se aprende al leer la propia poesía. Yo soy de la convicción y como un día escuche de Juan Carlos Núñez un gran periodista Jalisciense, de que para escribir una cuartilla debe uno haber leído cien, así pues, para escribir un buen poema tendrás que haber leído cien, de otra manera lo que escribas podrá asemejarse a la poesía pero carecerá del lenguaje poético que engloba a este género literario.
El poeta apasionado al contrario, busca y rebusca libros de poesía, lee y relee cada poema como si tratara de tragarse las hojas de cada libro y sin darse cuenta el día menos esperado escribirá un poema que cuando lo lea sentirá la sensación de que es totalmente ajeno a él, de que es tan bueno que ni él lo puede creer, entonces alimentará su ego de poeta y repetirá este ejercicio cuantas veces sea necesario para que aquellos que pueden considerarse apasionados de la poesía alardeen su trabajo.
Creo que ahí es donde versa el dilema de escribir o no la poesía. Que los versos del aficionado se guarden en el buro de su persona especial y los del poeta apasionado se oren y escriban en libros que hederán a viejo. Amén.

miércoles, 24 de febrero de 2010

¿El cine inspira a la literatura?

Película: Más extraño que la ficción

Dirección: Marc Foster

Guión: Zach Helm

La idea de que existe alguien narrando nuestra vida y nuestro destino, o mejor dicho, como moriremos es un poco extraña. En esta película el protagonista de manera fantasiosa es el objeto de sacrificio de una escritora que ha estado bloqueada por algunos años y que descubre en esta novela, que nunca se puede conocer ni dirigir el final de una historia, en este caso nunca lo sabe hasta que escribe la última línea. Karen Eiffel está apasionada con el libro pero sin darse cuenta está contando la vida de una persona que coexiste con ella en la misma ciudad.

Narrativamente este detalle da mucha fuerza a la película puesto que aunque Karen Eiffel no sabe que Harold Crick existe y es el protagonista de su novela, terminar el libro le cuesta mucho trabajo por el bloqueo que experimenta, a pesar de que como todos sus libros está convencida de que terminará en una tragedia, aunque no suceda así. Esta pincelada nos permite compadecernos del protagonista Harold Crick, quien vive perturbado por la narración en voz de Karen Eiffel que escucha a diario. En la historia los personajes principales saldan transformándose y rompiendo sus propios paradigmas del “yo”.

Es fácil pensar que un libro se lleve a la pantalla grande, pero también podemos imaginar que la experiencia entre leer un libro y ver una película basada en el mismo es totalmente distinta puesto que 90 minutos de imágenes (que ni siquiera son de nuestra elección) no pueden suplantar a la experiencia de crear tus propios personajes, escenarios, olores, luces, voces, etc. Y a la larga o corta espera según sea el ritmo de lectura por un desenlace de la historia. Sin embargo y en el caso de Más extraño que la ficción el asunto es diferente puesto que Zach Helm escribió la historia para cine con la total intención de entenderse al revés, es decir, que también el cine puede inspirar a la literatura. El proceso es inverso que la muestra anterior, los personajes, escenarios, olores, luces, voces, etc. Son sugeridos por el escritor-director para que adopten la estructura narrativa literaria, con la ayuda de un personaje primordial para ello, que es el profesor de análisis literario Jules Hilbert, quién de buena manera nos acerca al lenguaje literario y demuestra que existen reglas y estructuras que deben respetarse para contar una novela, cualquiera que sea su subgénero, comedia, tragedia, etc.

sábado, 13 de febrero de 2010

inspiración

Inspirar…

Dar oídos a los versos que un memorándum nos reza,

Bailar con la música que una fotografía compone,

Encontrar las palabras detrás de la corteza de un árbol,

Trazar las curvas en una idea cuadrada,

Sentir la voz de un viento carretero,

Rabiar frente al muro de la vergüenza,

Seguir hasta tropezar con el infinito,

Instalar una huelga a nuestro sentido común,

Escribir una o miles de líneas en una o miles de horas,

Leer y releer con perpetuas e,

Vibrar con las palabras que han dado a luz nuestros dedos.